SIEMPRE SEREMOS AMIGOS.

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      Unai era un niño de cinco años, un niño diferente a los demás porque Unai nació sordo mudo. Para el todo fue normal hasta los cinco años cuando se mudaron a otra ciudad donde no conocían a nadie. En el colegio no tenia problemas porque todos los niños tenían el mismo problema que él. Pero cuando salía al parque para jugar, siempre estaba solo, los demás niños del parque no querían jugar con el porque no lo entendían. Unai siempre se iba llorando a casa porque no le querían, pero todo cambió un día en que al parque llegó una señora anciana con su perrita Lys. una perrita chiquitina, no era una perrita preciosa, pero si era muy alegre y juguetona. Lys se acercaba a todos los niños para jugar, pero la echaban porque les molestaba en sus juegos. Así que se acercó a Unai y el si jugo con ella. Con Lys no era necesario hablar o oír, ellos si se entendían.
      Pasaron muchos meses y Unai y Lys seguían siendo muy amigos, se juntaban todas las tardes para jugar, correr y darse besos y abrazos, eran dos almas gemelas. Llegaron las vacaciones y como siempre Unai fue al parque para reunirse con su amiga, pero ese día Lys no apareció, ni al día siguiente, ni al otro. Unai estaba muy preocupado y se lo dijo a su madre. La madre comenzó a preguntar  a las mujeres que iban al parque con sus hijos y sus perros y una señora le comentó que la anciana estaba muy malita y la habían llevado a una residencia, pero que no sabía donde estaba la perrita.
      Unai no podía dejar de llorar por la perdida de su amiga. Él no podía soportar no volver a verla. Fueron pasando los días, las semanas y ya llevaba 2 meses sin ver a su gran amiga Lys. Cada día estaba mas triste, ya no quería salir a la calle y sus padres temían por su salud, así que le convencieron para ir a la perrera y adoptar una perrita.  Unai dijo que no, él no quería otra perrita él quería a Lys. Pero consiguieron convencerle de que por lo menos fuese a la perrera y viese los perros que estaban allí.
      Unai iba viendo a los perritos en sus jaulas, ellos se acercaban a el haciendo gracias para llamar su atención, pero él seguía buscando sin saber lo que buscaba. De repente se paró delante de una de ellas donde había dos perritas jugando y otra acurrucada al fondo de la jaula. Estaba hecha una bolita no se le podía ver la cara, pero por algún motivo el corazón de Unai iba muy de prisa. De repente la perrita levanto la cabeza y echo a correr hacia él, era Lys. Al ponerse malita su dueña la habían llevado a la perrera, y ya os podéis imaginar a quien adopto ¿ Verdad?. Desde entonces Unai y Lys fueron inseparables, los mejores amigos, se entienden sin hablar y nunca se fallaran el uno al otro.
Tu mejor amigo no tiene porque ser un ser humano.

FIN                                                        Carmen Elur.

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